Día Internacional de la Mujer: más que nunca, Ni una menos
hace 50 meses.

En los dos primeros meses del año hubo en la Argentina la friolera de 63 femicidios. El origen del 8 de marzo, y porque no es un día festivo.


El 8 de marzo de 1908, hace 112 años, ocurrió un hecho que marcó a fuego la historia de los trabajadores y de la lucha sindical en todo el mundo. Ese día 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica neoyorquina Cotton, tras haberse declarado en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se era justo: esas mujeres pedían la reducción de su jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de los hombres que hacían las mismas actividades en la fábrica más quejas acerca de las malas condiciones de trabajo que padecían. La orden del dueño de la fábrica fue clara: cerrar las puertas del lugar para que las mujeres depusieran el paro. Pero esa orden fue contraproducente, ya que las obreras que se encontraban dentro de la fábrica murieron. El 3 de mayo de ese mismo año, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago, que sirvió como preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el Día Nacional de la Mujer. Al año siguiente, en 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca. El tema central fue el sufragio universal femenino, y por moción de Clara Zetkin, la líder del “Levantamiento de las 20 mil”, se proclamó al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la huelga de 1908.

Esta es la génesis histórica del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Para que quede claro: el 8 de marzo las mujeres no festejan nada, sino que ponen de manifiesto las profundas desigualdades de género que en pleno Siglo XXI aún son objeto. Y mucho más en la Argentina, donde el reclamo del Ni Una Menos está más que vigente.

Las cifras asombran: entre el 1ª de enero y el 29 de febrero de 2020, en nuestro país, 63 mujeres fueron asesinadas, según datos públicos del Observatorio de las Violencias de Género. Esto significa una mujer muerta cada 23 horas, con otro dato espantoso: el 66% de  los femicidios fueron cometidos por las parejas o ex parejas de las víctimas. Y de ese porcentaje, el 59% de los asesinatos fue cometido en los hogares de las mujeres muertas. De esas 63 muertes, en 15 casos las mujeres habían hecho previamente denuncias contra sus asesinos y en 3 casos existían medidas judiciales en contra de quienes terminaron matando. La provincia de Buenos Aires tiene el dudoso privilegio de encabezar la lista con 19 mujeres asesinadas, seguida por Santa Fe con 10 y Santa Cruz con 6.

Todos números espantosos que preferiríamos no reproducir, pero que pertenecen a la más cruda realidad. Por eso, más que nunca, el grito y la consigna deben ser tomados en serio, sin frivolizar, sin desestimar reclamos y con el foco puesto en lo importante. ¡Ni una menos!

 

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