Un año sin UPD salva vidas
hace 41 meses.

Nos plegamos a la campaña de la Defensoría del Pueblo de Bs As para evitar los festejos del último primer día. Además del consumo excesivo de alcohol, este año se suma el mayor riesgo de contagio de Covid 19.


Celebrar el UPD es una costumbre que comenzó hace más de una década en Mendoza y se ha vuelto una tradición en todo el país. Sin embargo en los últimos ciclos lectivos, esta celebración se vio opacada por desmanes y excesos que se producían durante y después de cada evento. Pasó de ser una "vigilia" para ir sin dormir al colegio el primer día, a una "juntada" con música, baile y alcohol que comenzaba en alguna casa y terminaba con estudiantes ebrios (e incluso hechos de vandalismo) en la puerta de las escuelas.   

La iniciativa de concientización sobre el UPD desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia, se realiza por tercer año consecutivo. No se trata de una campaña en contra la celebración del inicio del que será el "último y mejor año de la secundaria", si no de hacerlo de otra manera. Este año toma especial importancia dado el contexto de COVID 19. Busca concientizar a padres y estudiantes sobre los riesgos que implica realizar el Último Primer Día (UPD) en plena pandemia. 

Por un lado, el peligro de las fiestas clandestinas o encuentros masivos de estudiantes, y por el otro, el consumo de alcohol que produce un relajamiento de las medidas de prevención. 



"Desde que llegamos a la Defensoría, nos propusimos estudiar de forma integral la problemática del consumo de alcohol en jóvenes y encarar distintas propuestas para la elaboración de políticas públicas. Hoy nos preocupa de sobremanera las convocatorias que se están realizando para llevar a cabo el UPD en un contexto donde la pandemia sigue vigente y se espera una nueva ola de contagios" manifiesta Walter Martello, Defensor Adjunto del pueblo de la Provincia de Buenos Aires, quien tiene a cargo los dos observatorios que elaboraron la campaña y una guía de prevención. (ver la guía aquí) 

En líneas generales, las autoridades de muchos colegios secundarios han advertido que los alumnos que no se encuentren en condiciones óptimas, no podrán ingresar a los establecimientos. Incluso algunos han tomado la decisión de que los que hayan participado de reuniones de más de 10 personas, deberían guardar aislamiento preventivo, con lo cual los alumnos se perderían de volver a las aulas por 14 días más. Es importante considerar que cada colegio puede tomar las medidas y sanciones que considere necesarias. Además, no hay que olvidar que las reuniones de más 10 personas todavía se encuentran prohibidas. 

Después de un año sin clases y casi sin actividades sociales, los adolescentes están ávidos de festejos. Pero sería bueno que todos (padres y estudiantes) comprendan que los riesgos son demasiado grandes y ponen en peligro a sus familias, amigos y docentes. Por eso, la campaña no busca impedir, si no marcar pautas que eviten los riesgos y la violencia: si aún así quieren celebrar, lo hagan de otra manera. En grupos de no mas de diez, cuidando las normas sanitarias y sobre todo, evitando el consumo de alcohol. En eso, los padres tienen la mayor responsabilidad.

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